Poema antiguo: NOSTALGIA
Algún día te leeré de nuevo
(te inventaré de nuevo)
perseguiré tus límites en cada una de las imágenes del recuerdo
nostalgia
eres sonrisa de agua que escapa de las manos
eres todo lo que no nombro
acaso vientre de espirales
incendio de sueños que duermen en un número exacto
sin crepúsculo
perdida la hora de las semejanzas
lejos
algún día te inventaré de nuevo
y en mi olvido te llamare
NOSTALGIA
Adriana Nazca.
Pertenece al libro: Tiempo Horizontal.
jueves, 31 de julio de 2014
domingo, 27 de julio de 2014
Texto antiguo:
DESAPARECIDOS.
...Cuando me hablan de desaparecidos,se me puebla el espacio de abrazos deshechos...veo pudrirse en los espejos la sinrazón y volverse plural esta bebida de sombras y nombres donde cada uno apura su veneno...cuando me hablan de desaparecidos se me derraman definitivos el amor y la mirada hasta el infierno,donde una voz...algo de ropa...o aquel olor, son la locura misma...golpes de tambor en el centro del incendio...cuando me hablan de desaparecidos se me agolpa el infinito en una madrugada y no acierto a reproducir en los rostros errantes aquel último deseo...exijo la paz a la muerte,golpeando a su tránsito el centro de los sueños...pero ahora se, (acaso siempre supe), que no esta permitido morir a un recuerdo...
Adriana Nazca.
DESAPARECIDOS.
...Cuando me hablan de desaparecidos,se me puebla el espacio de abrazos deshechos...veo pudrirse en los espejos la sinrazón y volverse plural esta bebida de sombras y nombres donde cada uno apura su veneno...cuando me hablan de desaparecidos se me derraman definitivos el amor y la mirada hasta el infierno,donde una voz...algo de ropa...o aquel olor, son la locura misma...golpes de tambor en el centro del incendio...cuando me hablan de desaparecidos se me agolpa el infinito en una madrugada y no acierto a reproducir en los rostros errantes aquel último deseo...exijo la paz a la muerte,golpeando a su tránsito el centro de los sueños...pero ahora se, (acaso siempre supe), que no esta permitido morir a un recuerdo...
Adriana Nazca.
jueves, 3 de julio de 2014
CONFIDENCIAS.
Como es habitual se me escapa la guagua, y tengo que refugiarme bajo la marquesina dispuesta a evitar el frío durante la próxima media hora. Esto hace que de forma inconsciente vaya cayendo en mis propios pensamientos...El taller de literatura de Santiago Gil, de donde acabo de salir ha sido muy estimulante y esa grata sensación nos acerca a mundos tan mágicos como los de Cortazar, Jorge Luis Borges, juan Rulfo, García Márquez...personajes que nos van dejando con su muerte en una orfandad desesperada...semejante a la primera vez que nos sorprendemos ante nuestra libertad: Solos! che, después de enriquecernos con sus lúcidas transgresiones...
Nadaba en estas generalidades cuando veo una señora mayor que se acerca lentamente ayudándose de un andador y buscando algo de calor se sienta a mi lado. Pasan de forma constante guaguas de diferentes líneas pero parece que la señora no tiene prisa por llegar a su casa. Empiezo a advertir que sin merecimiento por mi parte me hará participe de sus confidencias...
Cuenta que la noche anterior no ha dormido nada,pues un mal nacido le ha dado una broma por teléfono, diciéndole que su hijo ha tenido un accidente de tráfico. Ella llama desesperada a todas las urgencias, donde como es natural no le dan noticias...se está vistiendo para coger un taxi sin saber bien donde dirigirse cuando casualmente él llama tranquilizándola. Pero el mal está hecho y el resto de la noche el sueño la ha olvidado...
"Mi hijo está muy delgado, trabaja mucho, yo le digo que pase por casa para estar segura de que se alimenta con fundamento...su esposa está en la península y el no se cuida lo suficiente; además así me siento más acompañada...Esta noche yo gritaba pero ningún vecino acudió..."
Somos cada vez más inhumanos (pienso), nadie quiere problemas. La indiferencia va ganando terreno en esta sociedad bombardeada por un conjunto de fuerzas contradictorias que influyen en nuestros actos...
Abandonando este retazo de vida, la señora se decide a subir en la línea 2. Resignada, regresa a sus silencios...
Después de esta noche la he visto alguna que otra vez en diferentes paradas de autobús ayudándose de su andador, compartiendo con desconocidos de buena fe, su implacable realidad. Fugitiva, como tantos, de su creciente soledad.
Adriana Nazca.
Adriana Nazca.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)