martes, 13 de enero de 2015

TRIPTICO DE FUEGO.
Emilio González Déniz en su "Tríptico de fuego" intenta entender las diferentes reacciones de unos personajes que en su idiosincrasia isleña forman una sociedad endogámica, que solo deja en herencia sus desvelos y alguna que otra superstición.
En el primer relato "El baile de S. Pascual" se trata la violación de una joven y bella domestica por el cacique de turno y las trágicas consecuencias que este acto desencadena en una colectividad dependiente; de tradiciones irracionales...
En el segundo "El as de bastos", nos muestra la historia de una comunidad condenada a desaparecer bajo las aguas de una represa...y la supuesta `posesión diabólica de una muchacha un día antes de su boda. De poco valen las plegarias a S. Miguel Arcángel contra la maldición de Fray Bartolomé a quien ose habitar el recinto que años antes albergo una ermita derruida por el abandono, la desamortización...y la eterna lucha entre los descreídos y los fanáticos de lo sobrenatural.
En el tercer cuento "Almizcle", se apoya en arquetipos clásicos como Orestes y Electra, para narrar acontecimientos de venganza e incesto...el protagonista traza su propia línea entre la realidad y las confidencias que hace a una compañera de espera, en la sala de un aeropuerto, a causa de la calima que todo lo desnaturaliza...incluso el paisaje.
Es una novela de amor odio a unas islas perdidas en el confín de la creación y sus vestigios de impotentes sueños sin respuesta, a través de los siglos, aunque algunos lo llamen Paraíso...
                                                                                       
                                                                                         Adriana Nazca.

miércoles, 7 de enero de 2015

MEMORIA.
Cuando se pone el sol
doy la mano a la palabra
que incendia la memoria...
es luz en el laberinto,
giro en espiral
de un destino improvisado...
una vez más.

lunes, 5 de enero de 2015

AMOR.
No acierto a regresar,
aunque se que me esperas
como la otra vez,
entre los amurallados días
de la felicidad cumplida...
Reanudo así el rastro,
tras la salvaje presencia
de los jardines en fuga
que cobijaron ayer
nuestros cuerpos vencidos...
                             Adriana Nazca.