jueves, 19 de febrero de 2015

ROBERT WALSER. "El paseo".
Al principio me costó trabajo leer el libro de Robert Walser: "El paseo". Es como si bailara un ritmo desconocido para mi, lleno de adjetivos indultados por la complicidad que genera...poco a poco me adapto a sus giros y llego a disfrutar con la mirada nueva de sus pequeños matices cotidianos.
Él tiene un profundo conocimiento de su identidad ( cosa que no creo una necedad recalcar ), tiene una dolorosa lucidez traspasada por una fina ironía. Esta frente al mundo y en él, como si tuviera el don de la ubicuidad.
Todo transcurre en el curso de un día hermoso y rico en experiencias, en el que pasa de ser testigo del armonioso canto de una bella muchacha, a percibir el trino de los pájaros bajo la arboleda por la que se filtran los rayos del sol; y de esto a la discusión con su presuntuoso sastre o la molestia que le produce el tráfico que ya empieza a adueñarse de la calzada...
Va de la exaltación a la angustia culpable, al enfrentarse a hechos que hieren la sensibilidad, como la posibilidad de ser feliz mientras otros carecen de lo mas necesario...¿ Se puede a pesar de todo,gozar de la belleza en un mundo meridianamente injusto ? donde la entrega y la ternura conviven con la mas zafia condición. Y las diferentes convenciones que nos adornan (muchas veces con refinada crueldad ), existen como advertencia explicita y siempre por "nuestro bien"...
En fin Robert Walser es un espejo roto que reproduce infinitas veces la misma imagen, imprudente, por real...
Hasta que llega la inevitable oscuridad.

domingo, 15 de febrero de 2015

DINO BUZZATI.
Lo fácil sería decir que en esta obra se percibe un rastro Kafkiano o de Italo Calvino. Es más bien la lucha de un hombre (militar) contra la mediocridad. El deseo de dar sentido a su vida le lleva a una lejana fortaleza en el confín de su patria, frente al inmenso desierto por el que se supone que llegara el enemigo y la hipnótica fuerza que ese lugar ejerce sobre él. Al principio cree poder sobreponerse a su maleficio pero poco a poco cede a la rutina esperanzada, de que en aquel destacamento, pronto se desarrollara la gran batalla que le aupara a la gloria, y en esa espera se pasan los años atisbando el horizonte por el que se aproximara el enemigo. Transcurren así primaveras e inviernos poniendo a prueba sus mejoras ilusiones. Ve huir el tiempo sobre aquella llanura mientras muere un compañero, se jubilan otros, hasta que también a él le fallan las fuerzas...en el preciso instante que por la pedregosa superficie aparecen movimientos bélicos. Ha dedicado toda su vida a una alucinación que le ha superado. Como una burla del destino. De la que sin embargo se "despide" (a pesar del dolor),sonriendo...
                                Adriana Nazca.

jueves, 12 de febrero de 2015

TRANSITO.
La guagua es un buen lugar para distinguir las diferentes tribus urbanas. Cuando Las Palmas era un pueblo donde todos nos conocíamos, las personas tendían a cuidar más o menos su aspecto físico. Ahora la globalización a dado paso a una individualidad extrema, aunque esto parezca contradictorio. Nadie se fija en nadie y eso se traduce en atuendos informales hasta la despreocupación total. Vestidos dos o tres tallas más grandes de lo necesario. Tocados divertidos que resguardan del frío. Colores extraños entre si...
Diferentes etnias con sus correspondientes atavíos, cuyas voces convergen en un coro irregular y fantástico, compartimos un trayecto; con frecuencia cada uno enfrascado en su aparato digital. Relajados al parecer, sin percibir esa hermandad transitoria no exenta de pequeños prodigios habituales.
En cada parada las puertas del autobús resoplan profundamente invitándonos a descender. En el fondo satisfecho de haber cumplido con el contrato anónimo de acercarnos a nuestro destino.
En la inmensa red ciudadana que forman las diferentes líneas, (noche y día ) su trasiego continua...