Alguien ha depositado dentro de ella
un dolor indescriptible
allá donde nacen
mil siniestras ternuras
allá donde la realidad y la verdad
luchan por imponer
sus instintos asesinos
contra los que es imposible rebelarse
como si la vida la premiara
con un prodigioso y devorador delirio...
Adriana Nazca.
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