LA CEGUERA.
A pesar de esto, ninguno de nosotros quiere perder esta
facultad divina, a la que nos ha enfrentado en este momento su situación.
Intento en vano compartir los temores de ese mundo inhóspito, donde sin duda
encontrara nuevos horizontes, en los que re-crearse en el fondo y de la forma
más sutil e inevitable...posible.
Sobre la misma contradicción: Amanece.
Adriana Nazca.