PRESENCIA.

Hace calor, la voz del violonchelo suena profunda en la noche febril, en la noche compañera, que protege mis silencios.
Alrededor de la luz, revolotean las mariposas, víctimas de una percepción fatal. Y transgreden otras fábulas la memoria, si pones nombre propio a la madrugada...
Una vez más amanece timidamente, al otro extremo de tu palabra...

Adriana Nazca.

DESAPARECIDOS.

Cuando le hablan de desaparecidos se le puebla el espacio de abrazos deshechos...ve pudrirse en los espejos la sinrazon  y volverse plural esta bebida de sombras y nombres donde cada uno apura su veneno...
Cuando le hablan de desaparecidos se le derraman definitivos el amor y la mirada hasta el infierno, donde cada voz...algo de ropa...o aquel olor, son la locura misma...golpes de tambor en el centro del incendio...
Cuando le hablan de desaparecidos se le agolpa el infinito en una madrugada y no acierta a reproducir en los rostros errantes aquel ultimo deseo...exige la paz a la muerte, golpeando a su transito el centro de los sueños...pero ahora sabe - acaso siempre supo- que no esta permitido morir a un recuerdo...
                                 Adriana Nazca.

SERENIDAD.

Se acerca  al borde del día, con una lampara entre las manos; la espera un libro y una canción esencial. Las formas han acabado en ensueño y traen consigo un imposible; una costumbre hermosa y triste, hecha de acentos,lluvias y retornos libres.
Sige la senda de los siglos idos (tras lúcidos engaños) y se sienta a esperar claridad en su ciega serenidad...

DELIRIO.

Alguien ha depositado dentro de ella 

un dolor indescriptible 

allá donde nacen  

mil siniestras ternuras 

allá donde la realidad y la verdad 

luchan por imponer 

sus instintos asesinos 

contra los que es imposible rebelarse 

como si la vida la premiara 

con un prodigioso y devorador delirio...

                                         Adriana Nazca.

CREACIÓN.
Alquimia de los astros
donde se forma el pensamiento,
energía, hermana de la palabra
que acompaña la vida,
como partículas de un oro solar.

Memoria derribada,
oculta en las páginas
de un viejo libro,
eres un latido transparente,
un viento que atraviesa
los días huidos,
perfume que regresa
envuelto en el azul
de su amargo destino.

PRIMAVERA.
La misma palabra es primavera,
lluvia que todo lo bautizas,
con nombres de linaje desconcertado...

                                                                Adriana Nazca.